Hola Amigos, cuando hablo en una ponencia de Experiencia de Clientes y como el mundo ha girado de vender productos a vender experiencias, uno de los ejemplos en los que siempre me apoyo y que me fascinan es el mundo de la Restauración.
En mi mente un dibujo exacto de la experiencia de clientes perfecta, es aquella que conjuga un elemento emotivo y con generación de sentimiento, junto a la combinación entre la exactitud y ejecución de un proceso pero con un toque de humanización.

Pues todo ello lo pudimos vivir el pasado sábado cuando mis amigos Cele y Guillermo nos hicieron participes de la inauguración de una nueva aventura empresarial llamada Tascas scholl. Para tal ocasión se les ocurrió la idea de hacerlo mediante la celebración de una cata maridada de cervezas. Algo diferencial que dejaría recuerdo.

Cuando en mis intervenciones hablo del sector de la Restauración, cuento como ir a comer a ciertos sitios se ha convertido en una experiencia que va más allá de la degustación de un cierto plato o menú. El sábado pudimos degustar ciertos platos de nivel (atún, ciervo, queso, etc), pero lo diferencial es que lo hicimos en mitad de una degustación de cinco cervezas muy diferentes unas de otras y con la explicación de un sumellier joven pero conocedor de lo que estaba hablando.
Si a todo ello le sumas el ambiente de amistad, cordialidad y buena atmósfera que rodeaba el ambiente, la ecuación resultó ser un éxito.

En nuestro caso, la experiencia de clientes comenzaba por el producto (exquisita comida), continuaba por la experiencia del conocimiento de los entresijos de la fabricación de la cerveza y concluia con el ambiente, hizo que salir de casa a comer fuera se convirtiera el sábado en algo que dejó recuerdo, sensaciones y en cierto nivel emociones.

 

El valor más importante que culmina una gran experiencia de clientes, sin duda, es la humanización de los procesos. Llevado al mundo coloquial de la Restauración me suelo apoyar en el concepto “tener alma”.

Para que una experiencia sea diferencial, emotiva y con recuerdo el lugar y la gente que lo componen tienen que tener “alma”, sin ella por perfecto que sea el sitio, exquisita la comida o el servicio, quedara un buen recuerdo pero no un recuerdo diferencial.

En el caso de T&T es un lugar que tiene alma, que sabe expresarla y que la transporta con mucha nota al cliente como ocurrió el sábado.

Si no habéis estado en alguna cata de este estilo os lo recomiendo, pero para que la ecuación sea perfecta tendréis que ir a un sitio con alma T&T lo es.

Felicidades Cele & Guillermo, seguir disfrutando con vuestra apuesta, iremos detrás.

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